¿Por qué? ¿Cómo?

Un número creciente de científicos están de acuerdo en que el uso de pesticidas es una grave amenaza para el medio ambiente. Entre los pesticidas, los herbicidas representan más de la mitad del consumo y algunos figuran entre las sustancias más peligrosas.

Son una amenaza para la calidad de las aguas, los herbicidas son lixiviados y arrastrados hacia las capas freáticas y riberas, o bien pasan a la atmósfera para acabar en el agua de lluvia.

Una amenaza al ecosistema, que se altera por la regresión de ciertas especies sensibles y la progresión de otras especies resistentes, tanto de flora como de fauna.

Una amenaza finalmente para nuestra salud, ya que los residuos de los pesticidas acaban en nuestros alimentos. Es frecuente que haya una ingestión directa, por parte del usuario o de la gente que vive en la zona, dada la dispersión de la nube de pulverización.

¿QUÉ SE PUEDE HACER ENTONCES PARA EVITAR EL USO DE PRODUCTOS QUÍMICOS?

Existen muchas técnicas y métodos para el jardín familiar y también para los espacios verdes de carácter público, o incluso para el agricultor.

LOS MÉTODOS PREVENTIVOS

1. EL LABOREO DEL SUELO

Hay diferentes métodos que permiten la disminución del stock de semillas presentes en el suelo. Se trata en primer lugar de evitar la entrada de nuevos granos. Conviene destruir las especies adventicias antes de que formen grano, en los bordes de las parcelas cultivadas y también en las plantaciones, cultivos… El compostaje a una temperatura superior a 60 ºC permite evitar la germinación de semillas eventualmente presentes en el compost. Se trata también de laborear el suelo antes del cultivo (técnica de siembra falsa). Esto permite hacer germinar las malas hierbas y destruirlas mecánicamente o térmicamente cuando hayan germinado. Esta técnica solo se puede aplicar en suelos no plantados, por ejemplo en viveros o antes de la plantación de nuevos parterres. La laya GUERILU (mismo uso que la Grelinette TM) permite laborear el suelo evitando dividir las raíces de las adventicias.

2. LA COBERTURA DEL SUELO

Se trata de cubrir el suelo para limitar el crecimiento de las malas hierbas. Esta cobertura se puede hacer mediante plantas cubridoras, en las masas de plantas vivaces, o con abonos verdes en el vivero. Las plantas cubridoras necesitan sin embargo un mantenimiento bastante intenso durante los primeros años. Algunos ejemplos clásicos: hiedra, cotoneaster, helechos, vincapervinca…

Un “mulch orgánico” con las cortezas, compost de maleza, virutas de maderas o cáscaras de cacao, limita mucho el crecimiento de las malas hierbas en los parterres y masas de plantas vivaces. Para aumentar su eficacia, se puede poner debajo una estera antihierbas de tipo PLANTEX, de material sintético y poroso (deja pasar el agua, pero es una barrera eficaz contra las malas hierbas). Hay plásticos agrícolas microperforados (que tienen como inconveniente que envejecen mal), películas no tejidas en fibras de polipropileno termosoldadas, muy resistentes, porosas y no degradables. Para una protección individual de las plantaciones jóvenes, hay placas de mulch biodegradables que se ponen al pie de los árboles o arbustos (Unaplant, Cecoplant, Biojute). Así se garantiza un buen enraizamiento, gracias a la eliminación de la competencia de las adventicias y a una mejor gestión del agua.

LOS MÉTODOS CURATIVOS

El desherbado térmico es una técnica de aplicación relativamente reciente que respeta por completo el medio ambiente.